Desde la ternura

Bienaventuradas las que por caminar con otras están sedientas, porque de ellas serán las primeras lluvias.

Bienaventuradas las que insisten en construir desde la ternura, en sembrar desde el afecto, porque la tierra florecerá con sus pasos.

Bienaventuradas las que no renuncian, las que no olvidan, porque ellas encontrarán descanso y justicia.

Bienaventuradas las que no pierden la capacidad de indignación, las que resienten hasta lo más hondo, porque de ellas, de nosotras, es el mañana.